domingo, 14 de febrero de 2016

Recreo I



Tanta saña feroz, ¿qué herida cubre?
Seguro, cuando el sol era sustento.
Dichoso, cuando el mar nutrió el talento.
Hoy te asura la niebla en gris octubre.

Sufre la edad ligera quien descubre
que todo se resuelve en leve aliento.
Si prolonga, no más, mordisco lento,
una luz fugitiva más que lúgubre.

Tanto esfuerzo medido de caderas,
tanto sueño febril en digestión,
tanto empeño ascendido en costanera...

...para acabar nuboso y con bastón.
Esta es la cima, no arde ya más cera:
la gran belleza loa, no el rencor.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Enhorabuena, Antonio. Buen soneto.

REMEDIADOR dijo...

Muchas gracias, Alfonso.